Un sistema de alquiler de bicis eléctricas compartidas al que han bautizado como Velib, parece estar dando fantásticos resultados en la capital de Francia, París. Tal y como ya ocurre con su hermano mayor, Autolib, en el que se comparten turismos eléctricos. Si a esto le sumamos la relevancia que tiene el uso de la motocicleta en la capital, donde el uso se ha incrementado en un 34% durante los últimos 10 años, lo más normal es que se produzca el siguiente avance, Scootlib, el alquiler compartido de motos eléctricas.
Y esto es exactamente lo que ha ocurrido. El actual Partido Radical de Izquierdas o PRG, cree que el sistema Scootlib, que parece ser su nombre definitivo, podría ser lo que París necesita para solventar la mayor parte de sus problemas de congestión vial y tráfico, ya que incentivaría a muchos conductores para que usen esta alternativa más barata, es decir, que alquilen motos eléctricas compartidas, y dejen de coger tanto sus vehículos privados.
A comienzos de esta misma semana, el Ayuntamiento de París se mostró partidario de la iniciativa y aprobó la propuesta del PRG para estudiar los resultados de montar un servicio como este en la capital, aunque antes han de realizar un estudio de viabilidad. Algo que habrán de tener terminado para antes de que finalice su legislatura, que se agotará a mediados de 2014.
Si finalmente se aprueba, París no sería la primera ciudad en implantar el alquiler de motos eléctricas. Como podréis recordar, en Barcelona recientemente entró en funcionamiento un nuevo servicio, con el nombre de Motit, en el que se comparte la moto eléctrica CORE que también fabrica una empresa española, Going Green, cuyo uso es exclusivo para este tipo de servicios, motivo por el que carece prácticamente de carrocería y partes vulnerables de ser dañadas en un uso cotidiano.
No obstante en París si que existen una serie de factores que España no tiene y que pueden hacer que un sistema como Scootlib no triunfe en la medida en que debería. Y es que por ejemplo, hasta hace relativamente poco en Francia no se necesitaba poseer una licencia si se iba a conducir una cilindrada de menos de 50 cc, algo que ha cambiado por la imposición de una nueva ley, aprobada en Enero de este mismo año y con la que se obliga a que los nuevos conductores tengan que pasar exámenes teóricos y prácticos para obtenerla.
Por otra parte, en España se permite conducir una moto de hasta 125 cc siempre que se tenga el carné de conducir de tipo B, mientras que en Francia esto es ilegal y se necesita poseer el carné A1.
Pequeños inconvenientes que poco a poco hacen disminuir el número de clientes que podría conseguir el programa, que no deben ser pasados por alto sino estudiados a fondo y tenidos en cuenta antes de finalmente llevarlo a cabo. Puede que incluso resultara más fácil modificar la actual legislación y dejarla más parecida a como la tenemos en nuestro país. Habrá que esperar para ver en qué queda todo.