Matrix LED, OLED, Matrix Láser,… son algunos de los términos con los que deberíamos ir familiarizándonos porque dentro de poco entrarán a formar parte de nuestro vocabulario para vehículos, motos y bicicletas a la hora de hablar de sus faros. Un componente básico para la seguridad dinámica y que además le otorga una gran personalidad a nuestro medio de transporte.
Algo que muchos ya hemos asumido también es que los faros halógenos son ya casi una reliquia que dentro de poco será parte de la historia de la iluminación para motos, aunque quizás lo que no sabíamos con tanta certeza es que estos faros ya no se investigan para mejorarlos en casi ninguno de los laboratorios de desarrollo tecnológico de las marcas, como ya demostró Audi en la inauguración de su último Centro de Asistencia de Iluminación.
Estábamos ante unas instalaciones ultra modernas situadas en el sótano de su centro de Desarrollo Técnico de Ingolstadt. Justo allí tienen en el subsuelo una impresionante pista de pruebas con un túnel lumínico en absoluta oscuridad donde prueban sus innovaciones. La conclusión más simple de sacar es que las luces halógenas tienen los días contados, sustituyéndose por tecnologías que lucharán por hacerse con el dominio: xenón, LED y Láser.
No obstante, Audi también apuesta por una iluminación delantera basada en su tecnología Matrix, que difiere la forma del haz de luz para que no deslumbre a otros vehículos que vengan de frente. Hoy día ya es posible encontrar esta tecnología combinada con faros LED, aunque los ingenieros de esta marca trabajan para crear faros Matrix Láser, solo que para ello el haz de luz se genera con un sistema láser idéntico al que utiliza el R8 LMX que se puede encontrar en los concesionarios.
De esta forma Audi ha encontrado un gran recurso estético con el que personalizar sus vehículos para la iluminación diurna. Han apostado por avanzadas composiciones lumínicas que le dan un efecto tridimensional a las ópticas y que además dejan patente una firma lumínica importante con la que se identificará rápidamente a su marca. Unas composiciones que siempre se elaboran de manera conjunta con tecnología láser.
Los LED tradicionales ya conviven junto a los LED orgánicos u OLED de última generación, un material parecido al que emplean los televisores y con el que se consiguen unos efectos muy interesantes. Es una pasta que se extiende a un grosor milimétrico entre dos cristales y que se ilumina al aplicársele carga eléctrica. El único inconveniente es que con esta tecnología no se puede generar luz apenas y solo sirve para que nos vean, no para iluminar el camino.
Actualmente se sigue trabajando con superficies planas, pese a que ya hay prototipos curvos que ofrecen posibilidades casi ilimitadas a la iluminación trasera, ya que permitiría que los faros traseros sean una simple lámina sobre la carrocería del vehículo.
En cuanto a los intermitentes aún se apuesta por los dinámicos que señalan la dirección de giro al mostrar información más intuitiva a otros conductores sobre la maniobra que vamos a hacer. De igual manera se está trabajando en un prototipo de intermitentes que irían sobre las puertas del vehículo y que darían un extra de seguridad a las maniobras en ciudad para las motos y bicicletas.
Por tanto, en unos años podríamos ver cómo esta tecnología pasa del automóvil a las motocicletas y ciclomotores, haciendo de estas un medio de transporte todavía más seguro.
Respecto al siguiente paso en cuanto tecnología lumínica para el futuro, ya se trabaja sobre el intercambio de información entre conductores mediante sus grupos ópticos o hasta con iluminación dentro del habitáculo que cambie dependiendo de nuestro estado de ánimo. En un futuro algo más remoto, ya se piensa en una iluminación generada por tejidos que se iluminen al recibir una corriente eléctrica, aunque por el momento esto parece algo lejano.