Si bien es cierto que hoy en día una gran parte de los fabricantes tienen o planean tener una moto eléctrica en su gama de modelos, todavía los más escépticos opinan que estas no estarán con nosotros para siempre y que no les espera un futuro demasiado halagüeño, que son simplemente una moda que se pasará dentro de algunos años. Algo que choca con los hechos más demostrables y totalmente contrarios.
Hablamos del precio, del coste por kilómetro recorrido y la continua expansión de las infraestructuras dedicadas a este sector y puntos de recarga. Tres hechos que no hacen más que poner de manifiesto que tanto las motos eléctricas como otros vehículos eléctricos ya han llegado al mercado y no habrá vuelta atrás, además no dependen de la interpretación que cada uno pueda darles y con solo un breve repaso a cada uno de esos hechos podremos ver que es cierto, que la movilidad eléctrica únicamente puede seguir creciendo en las próximas décadas.
Aspecto aparte es lo rápido que se desarrolle ese crecimiento y transición a la electricidad, algo que casi seguro será lento ya que pese a ser mejores en casi todos los apartados, todavía están usando una tecnología que da sus primeros pasos. No obstante, algunos investigadores afirman que las baterías darán pasos de gigante en cuanto a su desarrollo y que su crecimiento será más rápido en los próximos 5 años de lo que lo ha sido durante los últimos 100.
También es cierto que si por ejemplo la tecnología avanza pero no consigue precios más económicos para todos, no servirá de mucho. Por ello es que últimamente estamos viendo algunos avances en el tema, y es que muchos eléctricos están rebajando sus precios, en algunos casos, hablamos de descuentos de más de 5.000 euros, algo que también se espera que ocurra próximamente en el caso de las motos eléctricas, comenzando por sus baterías, que tan elevado porcentaje suponen respecto al precio total.
Otro punto relevante y que nos afecta a todos es el relacionado con las estaciones de carga, que todavía debe mejorar mucho en nuestro país, y que pese a estar obligado por normativas europeas, todavía no se han hecho grandes avances al respecto, y únicamente algunas zonas y lugares privados están empezando a pintar un futuro mejor para el mismo. Todavía hay mucho que hacer pero, igualmente la situación ha mejorado mucho si la comparamos con la que teníamos hace algunos años, cuando en toda la península se podían contar el número de estaciones de recarga con una mano. Al menos hoy en día se pueden encontrar cientos de ellas, y aunque lentamente, cada vez más.
Lo que pasará dentro de algunos años nadie lo sabe, pero todo parece indicar que con la llegada de nuevas generaciones de baterías y vehículos eléctricos, nuevas marcas que se sumen a la competencia y ventas tan explosivas como años atrás, lo más probable es que la situación haya mejorado considerablemente, y las motos eléctricas probablemente se enfrenten cara a cara con sus hermanas de dos ruedas con motor de combustión.