Acaba de darse a conocer un estudio de la publicación Nature Climate Change con información muy interesante sobre la situación actual, indicando que la reducción en los costes de las baterías, o lo que es lo mismo, en el coste de producir un kWh, se está acelerando de tal manera que hoy día ya puede decirse que se han alcanzado las proyecciones que en su momento se esperaban para 2020.
Si observamos de manera escéptica este estudio cabría preguntarse que si ello es así, ¿por qué todavía el precio final de las motos eléctricas continúa siendo tan alto? Este estudio no entra en el meollo de la cuestión, dado que tampoco era su objetivo. Lo que sí que podemos saber con certeza es que si hablamos de la utópica paridad entre el precio de las eléctricas y las motos convencionales hay más variables a tener en cuenta. Primeramente será mejor centrarse en lo que nos dice el estudio.
Esta investigación ha utilizado un análisis de 85 fuentes, entre otros muchos estudios, como informes publicados por agencias, consultoras y distintos agentes industriales, las visiones de expertos del sector y las estimaciones de algunos de los fabricantes más punteros en la movilidad eléctrica, como sería el caso de Tesla Motors.
De entre toda la información y datos, se puede concluir que el precio de una batería ha bajado de los 1.000 dólares por kWh que costaba en 2007, hasta los 410 dólares por kWh que valen en 2014. Ello supone un descenso anual del 14% en el coste. Esta reducción es todavía más significativa para los fabricantes que quieren liderar el mercado, ya que se comenta que han llegado a los 300 dólares por kWh. A continuación podéis ver la gráfica más interesante del trabajo.
Fijándonos un poco, podemos ver que los triángulos amarillos son las estimaciones que marcan los distintos agentes para los años venideros. La proyección además de los responsables del estudio es algo optimista, puesto que creen que se llegará a los 230 dólares por kWh ya en 2017 o 2018.
Estamos sin lugar a dudas ante el primer punto y probablemente el más relevante para la expansión de la movilidad eléctrica. Sin embargo, poder alcanzar el punto de giro en el que sea posible comprar una moto eléctrica por menos de lo que cuesta una con motor de combustión parece estar aún lejano, y es que esto depende de varios factores aparte. El estudio señala algunos de esos factores como el coste de la electricidad, los del petróleo o la imposición fiscal y las ayudas.