Entre los argumentos más usados hoy día contra los vehículos eléctricos, encontramos el del miedo que puede crear entre sus usuarios una explosión de las baterías si hay un accidente, o bien un incendio por cualquier fallo. De hecho, este es el argumento que ha usado Stefan Pierer, el director ejecutivo de KTM, para descartar el comienzo de la producción de la Freeride E, la moto eléctrica todoterreno creada por la empresa austríaca.
No obstante, según comentaba Pierer en una entrevista para Motociclismo.it, él cree que el mercado todavía no está preparado para acoger la llegada de las motos eléctricas, y ponía como ejemplo, el coste de más de 2.000 euros de la batería de la Freeride E. Esto hacía que finalmente, el precio total de la moto fuera demasiado elevado y que sus ventas bajasen.
De esta manera, se puede apreciar una crítica al actual desarrollo de las baterías, pues la postura de KTM es que su moto eléctrica está preparada, pero las baterías no tienen el desarrollo necesario para ser comercializadas de forma segura y a bajo coste. Citando textualmente a Pierer, “el mercado de las motos eléctricas comenzará cuando las piezas sean más baratas y eficientes, realmente tiene que ocurrir algo muy innovador para que esta tecnología pueda funcionar”.
También hace alusión al caso ocurrido con las baterías de litio que usaba el Boeing 787, el avión cuya producción está parada por un problema con las baterías de litio de a bordo. Aunque claro está, las condiciones en que se usarán estos dos tipos de baterías no son iguales, como seguramente tampoco lo sea la química empleada en su fabricación. Tal vez ambas sean baterías de litio pero, existen amplias diferencias entre las tecnologías que derivan del mismo material.
Respecto al precio de la batería, puede que si tenga algo más de razón, pues 2.000 euros es bastante dinero, mas no por ello es necesario hacer semejante crítica contra la seguridad de las baterías de litio. De hecho, ¿quién hoy en día no lleva encima algún aparato electrónico con batería de litio? No por ello sus explosiones son algo cotidiano, sino más bien excepcional.
Desde un punto de vista personal, veo más peligroso llevar debajo de mí varios litros de uno de los líquidos más inflamables del mundo cuando conduzco en moto. Para cualquiera que haya olido gasolina tras sufrir un accidente mientras conducía sabrá que lo que más se teme no es una explosión sino un enorme incendio causado por algún derrame de gasolina.
Es perfectamente entendible la decisión final de KTM de no producir su moto eléctrica, pues aunque las ventas crecen sin parar, podría ser una inversión que tardaría bastante en ser recuperada, pero no por ello veo necesario el alegarlo a problemas de seguridad de las baterías, ya que solo consigue desprestigiar el sector y transmitir información errónea e inseguridad a los consumidores.