Cada vez más, las motos eléctricas están llegando a todos los rincones de nuestro día a día, y ya podemos ver cómo numerosos fabricantes y distribuidores están ocupando el hueco que las marcas más conocidas dejan al no producir sus propias motos eléctricas. Eso por eso que el sector está creciendo a un ritmo tan acelerado, básicamente impulsado por una política muy expansiva de reducción de precios y al menor coste de circulación de estas motos si las comparamos con las tradicionales. No obstante, el consumidor corriente puede preguntarse cuánto tardará en rentabilizar la inversión en una moto eléctrica, a lo que Basqueresearch ha respondido en un estudio que acaba de publicar.
Según sus investigadores, en tan solo seis años podremos descontar completamente la inversión. Para llegar a esta conclusión, tomaron como muestra una moto eléctrica con marca española, la LEMev Stream, que cuenta con un precio de algo más de 4.000 euros y cuyo coste por cada 100 kilómetros recorridos es de solo 0,63 euros. En cuanto al mantenimiento, lo que vienen siendo ruedas y pastillas de freno, han presupuestado sobre 100 euros por cada 5.000 kilómetros.
Si se compara con un motor tradicional, una scooter de gasolina de 125 cc, que cuente con un consumo de 4 litros a los 100 kilómetros, estimando un precio de 1,4 euros por litro, tendrá un gasto a los 100 kilómetros de 5,6 euros, y por su parte, el mantenimiento mecánico será de unos 150 euros cada 5.000 kilómetros.
Teniendo en cuenta los datos anteriores y circulando 9.000 kilómetros anuales (que vienen a ser 24 kilómetros al día) se habrá descontado el total de nuestra compra en tan solo 78 meses, o seis años y medio, en los que nos habremos ahorrado en combustible y mantenimiento los 4.216 euros que supuestamente nos costaría la moto. Decir que aquí incluyeron las ayudas que ya no están vigentes, con lo que actualmente el plazo será algo mayor, pero igualmente rentable.
Igualmente también habría que tener en cuenta distintos matices no medibles fácilmente, como la autonomía, la cual LEMev asegura que es de 80 kilómetros pero que para algunos conductores podría ser insuficiente, y además la todavía pequeña red de puntos de recarga para estos vehículos en España, lo que los hace un producto que muchas veces solo son útiles para aquellos propietarios de viviendas unifamiliares o con garaje.
Otro apartado sería la fiabilidad, ya que con la simpleza del motor eléctrico, uno puede estar tranquilo de que el gasto en posibles reparaciones será mucho más pequeño que el de una moto con un motor de combustión, algo que también orientará a muchos consumidores antes de decidirse por una u otra alternativa.
Sin duda con estudios como este no hace más que ponerse de manifiesto la clara ventaja que estas motos ya suponen para cualquier ahorrador, más todavía de cara a un futuro próximo en el que contaremos con mejores infraestructuras de recargas y precios más bajos.