Una de las empresas holandesas que ya ha visto el gran futuro que tienen las motos eléctricas es Van.Eko, que acaba de promocionar recientemente su propio scooter movido por un motor eléctrico y cuyo diseño es bastante particular, lo que hace que se diferencie del resto desde lejos.
Y es que al contrario que la mayoría de los fabricantes, estos han optado por no usar planchas de plástico para su cubierta y en su lugar han creado un cuerpo fabricado con compuestos totalmente naturales hechos de fibra reforzada. Los materiales, van desde el lino y el cáñamo, hasta las fibras de celulosa, que no son más que fibras de vidrio mejoradas, ya que tienen una mayor solidez y permiten crear una carrocería un tanto más compacta y que por si fuera poco, se puede reciclar completamente.
Para desplazarse, el scooter cuenta con un motor de 4 kW ubicado en la rueda trasera y que le permite llegar a coger los 55 km/h de velocidad máxima. Por otra parte, su autonomía dependerá dependiendo de la configuración que elijamos, partiendo de un pack de 2 kWh que puede recorrer unos 60 kilómetros, hasta la otra opción que permita instalar una segunda batería, lo que sumarían 4 kWh en total y que por tanto duplica la autonomía con cada recarga.
Entre otras curiosidades de esta moto eléctrica, está el que no se pueda comprar libremente por un particular, sino que sus creadores han decidido que de momento solo se pueda alquilar, con un sistema parecido al Car Sharing de los coches eléctricos, solo que en lugar de pagar por la moto eléctrica y además el alquiler de una batería, lo que podremos hacer es pagar un alquiler cada mes por todo. Los contratos, se harán según los kilómetros recorridos, 300, 500 o 1.000 serán algunos de ellos y sus precios, irán desde los 140 hasta los 170 euros al mes, un precio bastante asequible.
Otra de las curiosidades que tiene este contrato es que podremos ajustar los kilómetros a nuestras necesidades diarias, de manera que si un mes no agotamos todos los contratados, los podremos guardar para el próximo, de igual manera que si nos pasáramos del tope nos cobrarían un extra.
Hay que dejar a un lado la valoración sobre si es rentable o no usar este tipo de alquileres a nivel económico, debido a la subjetividad, a que dependerá de la situación personal de cada uno y a que se trata de un programa que se pondrá en marcha tan solo en Holanda (por ahora), para recordar que en el país nórdico, los precios de los combustibles, los impuestos a los vehículos, aparcamientos y el transporte público son bastante altos, por lo que este tipo de iniciativas pueden tener una mayor acogida que si se hicieran por ejemplo en España, sobre todo para aquellos que dependan de un medio de transporte de manera ocasional.